Iglesia de la Madeleine Paris: Precios, entradas, características

La iglesia de la Madeleine en París es un templo al mejor y más genuino estilo neoclásico, de hecho se parece más a una edificación de la Grecia antigua que a un santuario del siglo XIX. Se sitúa bastante cercana a la Plaza de la Concordia, en uno de los extremos de los magníficos Campos Elíseos.

Visitar la iglesia de la Madeleine

Para poder llegar hasta la iglesia de la Madeleine puedes utilizar el práctico autobús Hop On – Hop Off de la ciudad, que además también te acercará a otros atractivos tales como el Museo del Louvre, la Torre Eiffel o el Sagrado Corazón.

Precios

La visita a la iglesia de la Madeleine es gratuita, y la entrada es libre para todo tipo de público. Es posible dejar una donación para colaborar con los gastos de mantenimiento del templo.

Horarios

Es posible visitar la iglesia de la Madeleine de París todos los días, desde las 9:30 hasta las 19:00 horas. También puedes participar en las funciones religiosas los sábados a las 18:00 horas y los días domingos a las 9:30, 11:00 y las 18:00.

Igualmente, es posible hacer una reservación para disfrutar una visita guiada en español.

Ubicación

La iglesia de la Madeleine se encuentra ubicada entre el Teatro de la Ópera y la Plaza de la Concordia, en el corazón del París que renovó George-Eugène Haussmann como parte del plan urbanístico del Segundo Imperio de Francia.

Se localiza justamente al final de Rue Royale, rodeada de tiendas, restaurantes y cafés lujosos.

Su construcción se efectuó entre 1764 a 1842 y su aspecto de templo griego resulta bastante curioso en lo concerniente a la arquitectura religiosa.

Qué ver en la iglesia de la Madeleine de París

La mágica París es inmensa, y en ella puede verse casi de todo, pero de momento nos detendremos a admirar el esplendor de la iglesia Sainte-Marie-Madeleine, una de las iglesias más visitadas de la ciudad y con una gran enorme particularidad de no asemejarse a ningún otro sitio católico.

La Madeleine tiene la particularidad de poseer un marcado contraste entre su exterior e interior, pues su decoración es más bien sencilla, consistente en una escultura muy hermosa con ángeles alrededor de María Magdalena.

Esta es una maravillosa iglesia que mide 108 metros de ancho y ostenta casi 30 metros de altura. Sus características más impresionantes sin duda la constituyen sus columnas corintias de imponentes dimensiones. No solo eso, sino que también las columnas resultan numerosas, pues en ambas fachadas son 8 y por los lados son 18.

Bajo sus pórticos, sostenidos por las columnas, pueden verse huecos numerosos que están adornados por 32 estatuas de santos.

Hacia el sur en la fachada principal, destaca el frontón elaborado por Philippe Joseph Henri Lemaire, que representa el Juicio Final, y en el cual puede verse a María Magdalena a los pies de Cristo. Todo este escenario se aleja mucho de la estructura clásica de los templos antiguos.

El interior se encuentra constituido como una única nave que está cubierta por tres cúpulas, la cuales culminan en el ábside al que lo sostienen unas columnas jónicas.

En este último lugar se encuentra un cuadro de Jules Ziegler haciendo alusión a la historia del Cristianismo, y hacia la izquierda, en la parte del vestíbulo, se ubican una de las esculturas de Francois Rude con más fama, llamada “El Bautismo de Cristo”.

Fachada principal

La iglesia de la Madeleine de París tiene la capacidad de rememorar de forma increíble a la Roma de tiempos pasados e inclusive a la antigua Grecia, y no es de extrañar estas referencias a estos tiempos, pues constituyen uno de los trechos de más relevancia dentro del período neoclásico y enclave sociopolítico del momento.

Por lo tanto, no resultará extraño que se haya buscado en estos años la inspiración en dichas formas clásicas, justamente las mismas que ya anteriormente habían inspirado a los artistas en los antiguos y períodos de grandeza pretérita, como La Maison Carrée de Nîmes, patrón que sigue la iglesia de la Madeleine.

En su fachada principal vemos el acceso desde lo más alto, donde se encuentra un gran frontón, y enmarcado en este un relieve, obra maestra de Henri Lemaire quien esculpió a Jesucristo en todo el centro.

Mientras que a la izquierda y en postura de súplica por la redención de los pecados de aquellos que han sido condenados, se puede ver a la Magdalena. Justo a su derecha, se aprecia un ángel que ha tocado la trompeta anunciando la llegada del Juicio Final.

Magnífica e imponente dentro de su esplendor la iglesia de la Madeleine, nos devela el paso a una puerta inmensa, que resulta única en su género y que es obra de la versátil mano de Triquesti. Esta puerta, fundida en bronce, es una representación de los 10 Mandamientos y obliga a detenerse por un instante para detallar los relieves que ostenta y admirar su entrada colosal.

Al continuar con el recorrido por la fachada del templo, es posible darse cuenta que se planearon dos galerías, una a la derecha que se orienta a los bulevares, y que sobre ella se observan catorce nichos y catorce estatuas, entre las más conocidas la de San Francisco de Sales y la de Santa Teresa.

En la galería del lado izquierdo, también podemos ver otras catorce estatuas que fueron trabajadas minuciosamente por escultores de gran renombre en aquel momento.

Interior

Desde afuera y por el tejado a dos aguas que presenta la iglesia, no es posible darse cuenta, pero ya una vez en el interior veremos que en la única nave son tres las cúpulas que componen el techo, las cuales poseen mucha importancia, pues sus óculos son la fuente principal de luz de la iglesia.

Puede suceder que el visitante en lugar de fijarse de las alturas, por lo menos por un momento, la atención se desvíe hacia el conjunto que representa la Asunción de la Magdalena.

Es una escultura que se encuentra en el Altar Mayor y donde es posible detallar la obra de Charles Marochetti, que nos muestra el ascenso de dicha santa hacia el cielo con la ayuda de dos ángeles.

También en el mismo altar, podremos encontrar el fresco conocido como “La historia de la Cristiandad” de Jules-Claude Ziegler. Es la única pintura de la ciudad donde es posible ver a Napoleón ataviado con su traje de coronación junto a Jesucristo, los apóstoles, María Magdalena y aquellos que fueron contribuyendo con cierta importancia en trazar el camino del Cristianismo.

Otra de las obras que es posible encontrar en el interior de la Madeleine, es de François Rude, la cual se titula “El bautismo de Cristo”.

El órgano es otro elemento que ha transcendido a través de los años, ganando relevancia por sí mismo por ser uno de los más grandes de París y de mayor nivel técnico.

Sin dudas, el interior de la iglesia de la Madeleine no deja indiferente a nadie, sobre todo por su iluminación que juega a favor de las esculturas y les brinda un toque muy dramático que inspira la espiritualidad de los conjuntos arquitectónicos.

El órgano de la iglesia de la Madeleine

Ostentando a título propio el rango de Monumento Histórico, el órgano de esta iglesia es considerado una de las piezas de más relevancia. Dicho órgano se lo debemos a Aristide Gaville Coll y originalmente contaba con 48 juegos, en la actualidad y producto del trabajo sucesivo que se ha efectuado en él, tiene 60 juegos y consta de 4426 tubos.

La instalación de la iglesia de la Madeleine se remonta al año de 1846 y desde ese momento muchos han sido los organistas que han hecho resonar la música en el interior de la iglesia.
Desde el año de 1979 la tarea ha recaído en François-Henri Houbart y luego en su sustituto, para que siempre se mantenga sonando.

En nuestros días la música constituye uno de los puntos fundamentales del encanto de la iglesia la Madeleine, ofreciendo así conciertos que suelen ser bastante concurridos tanto por los amantes de la música en general, como por los turistas.

Historia de la iglesia de la Madeleine

Lo que resulta más sorprendente sobre la iglesia Madeleine es su intrincada historia, que se remonta al año de 1757, cuando se encargó la edificación de un templo que estuviese inspirado en la iglesia de estilo barroco de “Los Inválidos”.

Así que los trabajos se empezaron en el año de 1764, pero entonces para el año de 1777, y después de que el arquitecto que se encontraba a cargo muriese, el sucesor de este tomó la decisión de demoler lo que se había construido hasta ese momento, para iniciar la edificación de una obra con un estilo del Panteón Romano.

No obstante, el levantamiento de la Iglesia de la Madeleine no se remonta a capítulos y a años tan lejanos en la historia. El propio Napoleón deseaba que esta construcción fuese en principio un panteón que conmemorara la gloria de su ejército.

Pero fue en el año de 1764 cuando se dieron los primeros intentos de construcción, y al decir primeros, nos referimos a que no serían los definitivos. En aquella época, era Pierre Constant d´Ivry el que se encontraba al frente de dichos trabajos, y por más que la idea hubiese nacido en ese instante, aún faltaba mucho para su finalización. La Revolución Francesa detuvo la construcción de la iglesia, al tiempo que paraba el aliento de gran parte del país. Para el momento de la revolución, la construcción ni siquiera había superado sus bases.

Posteriormente, al momento de iniciación de las obras, estás se retoman desde cero y prácticamente desechando todo lo que se había hecho hasta el momento. Esta etapa de construcción, resulta ser la época del auge del emperador Napoleón y en este caso, sería Pierre Alexandre Vigoli a quien le toque verificar los trabajos.

En aquellos momentos no se buscaba erigir un templo, sino como ya se dijo más bien un monumento a la gloria de sus soldados. Y de hecho, cuando las obras concluyeron en un primer momento, la iglesia recibió el nombre de “Templo a la Gloria del Gran Ejército”.

Pero esta idea principal se vio sustituida por la culminación de la construcción del Arco del Triunfo, la cual será el monumento que recuerde la gloria de la armada. Con la inauguración en el año de 1808 del Arco del Triunfo, en homenaje al ejército francés, el propósito de este nuevo templo se veía desvirtuado y tras la caída de Napoleón, el rey Luis XVIII decidió retomar la idea de la iglesia.

En el año de 1842, empieza la última peripecia de esta construcción, en el importante viaje que luego lo transformaría en la iglesia de la Madeleine que se conoce actualmente. De esta manera llega a nuestros días como un templo sin cruces, sin campanarios ni ninguna otra señal que anuncie su existencia como un lugar católico.

Así se aposenta en la ciudad de París, como una iglesia que está dedicada a Santa María Magdalena, quien fue considerada por algunos como la más importante discípula de Cristo. Se trata de la consagración de un nuevo edificio, ahora sí, un templo que en la actualidad forma parte de un monasterio benedictino y que se conoce como iglesia de la Madeleine.

Los artistas reconocidos de Francia suelen recibir sus actos fúnebres en esa iglesia. En 1849 se rindieron honores a Frederic Chopin en presencia de más de 3000 parisinos que participaron en la ceremonia, en la que se escuchó el Réquiem de Mozart para luego trasladar sus restos al Cementerio de Pére-Lachaise.

Una de las ceremonias más imponentes de los últimos años fue la despedida en 2017 de Johnny Hallyday, rockero francés a cuyo funeral participaron miles de personas, entre ellas Jean Réno y Nicolas Sarkozy.

Fotos de la iglesia de la Madeleine a través de los tiempos

A continuación, la iglesia de la Madeleine de París a través de las pinturas de la época, desde su construcción con el proyecto de Étienne-Louis Boullée que nunca vio la luz hasta la pintura de Jean Béraud que muestra a personas saliendo de la Madeleine durante la Belle Époque, es decir después de la Primera Guerra Mundial. También se puede ver una postal de la Madeleine poco después de su construcción, entre 1845 y 1860.