Muchos dicen que los Jardines de Luxemburgo son los más hermosos de todo París, y es que la diversidad de sus colores y la variedad de las formas que lo adornan resultan sin ninguna duda magníficas.
Los Jardines de Luxemburgo en París
A los Jardines de Luxemburgo lo constituyen 25 hectáreas y dentro de él es posible encontrar dos áreas: el jardín inglés, caracterizado por rincones irregulares; y el francés, en el que las formas predominantes son las geométricas, además de los campos abiertos que se encuentran dispuestos alrededor de un inmenso estanque de forma octogonal.
En lo que concierne a la clase de plantas que podremos conseguir en el lugar, hay muchos tipos de palmeras, así como también unas 180 clases de cítricos que mientras dura el invierno son llevados al edificio de la Orangerie, que se construyó en el año de 1839 y que funciona de protección contra las duras heladas.
Hacia fines del siglo XVIII, se construyeron los invernaderos que existen actualmente, sin contar con que desde el año de 1838 alberga una colección inmensa de diez mil orquídeas. En estos refugios se cultivan las flores que serán utilizadas tanto en la decoración de los parterres del jardín, como en la decoración del Senado
La Fuente de Médicis
Ubicada al este de los Jardines de Luxemburgo, la Fuente de Médicis resulta uno de los más importantes elementos en la decoración de todo el lugar y quizá también es uno de los sitios más románticos de la ciudad de París.
Anteriormente, se le llamaba la cueva de Luxemburgo, y fue un encargo que hizo Marie de Médicis en el año de 1630 al ingeniero florentino Thomas Francine. La viuda de Enrique IV, antigua reina de Francia y de Navarra, no pudo soportar más vivir en el Louvre, así que decidió que le construyeran un palacio en las orillas de la capital, justo a los pies de la Montaña Santa Genoveva, donde está actualmente el Senado.
María de Médicis deseaba traer de vuelta esa atmósfera de ninfas y fuentes presentes en los jardines italianos que tuvo en su infancia.
Se estima que Thomas Francine esbozó los planos de la cueva-fuente en el año de 1630 y que el arquitecto francés Salomon de Brosse estuvo a cargo de la construcción.
La Fuente de Médicis fue restaurada entre los siglos XVIII y XIX y ha conocido diversas transformaciones, que se han ido desplazando piedra por piedra en el jardín. En tiempos en los que solo era un simple pórtico al mejor estilo italiano, se transformó en una fuente a la que Alphonse de Gisors adjuntó un estanque de aproximadamente 50 metros de longitud.
Más tarde, Auguste Ottin incluyó a tres personajes de la mitología al que tituló “Polifemo”, que representaba el momento en que este sorprendía a la ninfa Galatea en brazos del pastor Acis, y que ya estaba listo para arrojar a su rival una piedra que le mataría.
Cuando el monumento se desplazó y se reconstruyó en el año de 1862, la fuente de Leda, que se situaba anteriormente en la esquina de las calles de Regard y de Vaugirard, se levantaba en frente de la Fuente de Médicis, luego de la perforación de la calle de Rennes. De esta forma, Júpiter y Leda se metamorfosean en cisnes.
La estatua de la Libertad
Todos sabemos cómo es la imagen de la Estatua de la Libertad de la ciudad de New York, hecha de bronce que se erige en las desembocaduras del río Hudson y que se ubica al sur de Manhattan.
El encargado de su diseño fue el escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi además de llevar construcción a buen fin. No cabe la menor duda que resultó un magnífico regalo de parte del pueblo francés a los hermanos norteamericanos en conmemoración a la Declaración de su Independencia en el año de 1886.
Pero quizá lo que la mayoría ignora, es que fue en París el lugar donde la idea de este obsequio monumental surgió, y que, a su vez, hay dos pequeñas estatuas iguales.
La mayor se encuentra junto al Pont de Grenelle, en uno de los extremos de la Isla de los Cisnes, y está colocada mirando de frente hacia el occidente como si buscara a su hermana mayor.
La más pequeña, se la puede ver en los Jardines del Palacio de Luxemburgo y se sitúa en un cruce de caminos, cercana a una valla que divide los jardines de la Rue Guynemer. Esta Estatua de la Libertad posee la patente de originalidad, pues fue el boceto usado por Bartholdi, una guía para la imagen de la estatua que corta los cielos de Manhattan.
Cuando se realizó la famosa Exposición Universal en París en el año de 1900, Bartholdi en persona fue quien dio el paso de regalarle a la ciudad de París esta estatua, que no fue puesta donde se encuentra actualmente, sino seis años después, es decir, en 1906. El artista falleció dos años antes de poder verla instalada.
La historia cuenta que durante una visita a Egipto, Bartholdi tuvo que hacer un trabajo en el Canal de Suez y había imaginado un gran faro en la entrada del canal para señalar las rutas.
De esta forma, fue ideado dicho faro, como una imagen con el aspecto clásico de la diosa Libertas, proveniente de mitología romana y deidad representante de la libertad. Se suponía que la luz de aquel faro pudiese brillar mediante una venda que se pondría alrededor de la parte más alta, y así llegó la idea de una antorcha mantenida en el aire, hacia el cielo.
Bartholdi propuso este proyecto a Ismail Pachá en el año de1867 y de nuevo más tarde en el año de 1869, pero nunca fue aprobado. Los bocetos y dibujos de dicho proyecto que se titulaba “Egipto lleva la luz a Asia”, son muy similares a los de la gran Estatua de la Libertad; sin embargo, Bartholdi aseguraba que el monumento original de New York era una obra original y no la reutilización de este.
Cabe destacar que la estatua tuvo que moverse al Museo de Orsay ante posibles hechos de vandalismo y se mantiene solo una copia en los Jardines de Luxemburgo.
Teatro de marionetas
Este lugar para presentar espectáculos fue creado por Robert Desarthis para proyectar obras de marionetas, destacando por supuesto a Guignol, el personaje más importante en Francia desde 1933.
El Teatro de Marionetas lo constituye un gran edificio moderno, aclimatado en el invierno, y en verano aireado, que tiene un equipamiento de máquinas perfeccionado que posibilita la utilización de marionetas de hilos o de guantes. Esta estructura es la de mayor tamaño en su estilo y puede albergar en su interior hasta a 275 espectadores.
El Grand Bassin
El nombre del Palacio de Luxemburgo, el cual funciona actualmente como sede del Senado francés, viene por su ubicación sobre los terrenos propiedad del duque de Luxemburgo, unos terrenos que María de Médicis compró luego de la muerte de su esposo, el rey Henry IV.
La propia reina le otorgó gran valor a la obra diseñada por Salomón de Brosse para ella, pero lo que más la llenó de satisfacción fue el inmenso jardín, que en aquellos tiempos era para su uso exclusivo y que fue enteramente plantado para sus paseos en soledad y recreación.
Allí, dentro de su melancolía pasaba horas y horas imaginando su Florencia natal y lo que más le satisfacía era sentarse junto al Grand Bassin para observar el reflejo de los rayos de sol en las ondas de agua del estanque, mientras pájaros silvestres y patos bebían de sus aguas tranquilas.
El Grand Bassin es un estanque con forma octogonal y solo medio metro de profundidad. En su interior se encuentra una única fuente con sus respectivas caídas de agua.
Este espacio es usado en la actualidad para relajación de familias y personas de tercera edad. Los niños pueden divertirse con el manejo de botes de juguete y consumir algunos postres y dulces que se venden alrededor del lugar.
El meridiano de París (línea Arago)
El hombre ha deseado, desde la antigüedad, delimitar geográficamente a la Tierra y en ello se evidencia una necesidad de introducir cantidades de medición que puedan permitir a los geógrafos, cartógrafos e inclusive, astrónomos, tener las posibilidades de ubicar con exactitud determinado punto de nuestro planeta.
Al menos hasta el año de 1884, en que fue celebrada la Conferencia Internacional del Meridiano, eran muchos y diversos los posibles puntos de partida que se usaban para medir la Tierra hacia derecha e izquierda.
Fue en este instante en que se adoptó como medida universal, el meridiano cero, el meridiano de Greenwich, el punto desde el cual habrían de medirse las distancias.
Pero este meridiano no fue el primero ni el único que existió en nuestro planeta, pues a comienzos del siglo XIX, como el meridiano de París rivalizaba con el meridiano de Greenwich, fue recalculado por el astrónomo francés, François Arago, quien fuese el director del Observatorio en el año de 1843, hasta que falleció en 1853.
El Palacio de Luxemburgo
El Palacio de Luxemburgo de París la actual sede del Senado de Francia. Se trata de un monumento que data de principios del siglo XVII. Fue encargado en el año de 1615 por María de Médicis al arquitecto Salomón de Brosse, quien uso las antiguas bases del edificio que ya existía en la época de Francisco de Luxemburgo.
El Palacio de Luxemburgo fungía más como una residencia secundaria que como palacio oficial.
Su planta posee correspondencia con las típicas características de los palacios franceses, tales como el de Verneuil en el que también trabajó Salomón de Brosse. Este se habilitó en la década de 1720 para que la Reina Viuda de España, Luisa Isabel de Orleáns, hija del regente Duque de Orleáns pudiera alojarse allí.
Entre las novedades que distinguen al palacio, destaca que el cuerpo de la vivienda posee una amplitud grande en cuanto a las dos alas.
La parte central resulta magnifica y monumental, fue inspirada en el Palacio Pitti, situado en la Florencia de Italia.
Sumida en la melancolía por seguir vivienda en el Louvre, María quería reencontrar el espíritu florentino y la dulzura que aquel le transmitía, en especial mediante el empleo del almohadillado de piedra en la arquitectura del edificio.
La parte derecha del palacio estaba destinado solo a María de Médicis y la de la izquierda para Luis XIII. Pero solo en el de la reina se terminaron 13 telas que se exponen en una sala del Louvre.
Los jardines del palacio se encuentran entre los más bellos de toda la ciudad y están abiertos al público, constituyendo una de las superficies de árboles más grandes en el interior de París. Los jardineros encargados de su cuidado mantienen prevaleciendo su belleza durante todas las estaciones del año.
Historia de los Jardines de Luxemburgo
La historia de los Jardines de Luxemburgo comienza ni más ni menos que con la melancolía y los deseos de la reina de Francia, María de Médicis, la cual entre los años 1614 y 1631 y gracias a la enorme riqueza de su familia, tomó la decisión de ampliar su jardín, pues este le resultaba muy pequeño: apenas 300 metros de ancho.
Esto no le resultó una tarea tan sencilla, puesto que justo sobre ese terreno que ella deseaba ampliar se situaba un convento de cartujos que le costó bastante trabajo y dinero poder desalojar. El encargado del diseño de dichos jardines fue uno de los paisajistas más famosos y renombrados de aquella época, llamado Jacques Boyceau. Es a él a quien se le deben las primeras fuentes, los parterres y los paseos.
La actual fuente María de Médicis, que se le llamaba la gruta o cueva del Luxemburgo, es lo único que queda hoy en día del jardín inicial, aunque funciona más como decoración que como elemento funcional.
Cómo llegar a los Jardines de Luxemburgo
Hay varias formas de llegar a los Jardines de Luxemburgo. Tomando la Estación de Invalides en el Metro de París, en tren, autobús, taxi o incluso caminando, por la Rue de Médicis – Rue de Vaugirard 75006, París.
Jardines de Luxemburgo
Rue de Médicis – Rue de Vaugirard 75006 Paris | |
Odéon Odéon | |
Luxembourg | |
Horarios
Según la temporada, los Jardines de Luxemburgo se encuentran abiertos entre 7 h 30 y 8 h 15 y su hora de cierre es entre 16 h 30 y 21 h 30.
Precios
La entrada a los jardines de luxemburgo es gratuita y libre para todos.